La histoplasmosis es una micosis sistémica, caracterizada por lesiones necro-granulomatosas, que afecta a carnívoros, equinos y humanos por la infección con una de las tres sub-especies del hongo dimórfico Histoplasma capsulatum. No se trata de una enfermedad contagiosa que se pueda transmitir entre personas o animales, sino que surge tras la inhalación de micronidios del ambiente.
En personas inmunocompetentes suele ser asintomática. En los inmunodeficientes, sobre todo, puede cursar con cuadros parecidos a los de una neumonía con fiebre, distrés respiratorio, y en un 20% aproximadamente de los pacientes se llega a producir un shcock séptico, fallo renal y coagulopatía, que conduce a la muerte.
En 1906, Darling la definió por vez primera, en la zona del Canal de Panamá.
La
histoplasmosis tiene una amplia distribución geográfica, estando presente
en Ámerica, África y Asia. H. capsulatum. var. capsulatum afecta
a carnívoros y se extiende en América desde el sur de Canadá a las regiones
centrales de Argentina, siendo enzoótico en
los valles de los ríos Missisipi, Misuri y Ohio, en Norteámerica, y la cuenca
del Río de la plata en Ámerica del sur; H. capsulatum var.
farciminosum afecta a equinos en África, oriente medio y Asia; y H.capsulatum var duboisii es un
patógeno humano estricto en áfrica ecuatorial.
Se
aísla de la naturaleza en las zonas templadas y tropicales húmedas, cuyos suelos son ácidos, ricos en nitrógeno, fosfatos e hidratos de carbono.
Los histoplasmas se relacionan especialmente con el guano de las aves y de las cuevas habitadas por muerciélagos.
Jorge Pulice 8-852-56
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